Este es el momento en el que, con gran serenidad sorprendente y en latín, Benedicto XVI ha anunciado a los cardenales reunidos en consistorio que renuncia a su cargo como sucesor de Pedro.
El Papa les ha explicado que “para gobernar la sede de Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mi de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado”.
El Papa les ha explicado que “para gobernar la sede de Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mi de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado”.
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