Ciudad
del Vaticano, 12 feb (EFE).- La imagen del rayo que cayó sobre la
cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano horas después de que el
Papa Benedicto XVI anunciara su renuncia al Pontificado ha dado la
vuelta al mundo, convirtiéndose en una de las fotografías más publicadas
hoy por la prensa.
Un rayo golpea la basílica de San Pedro el mismo día en el que el papa Benedicto XVI anuncia su abdicación, en la Ciudad del Vaticano, Vaticano. | EFE/Alessandro Di Meo |
La
captura, obra del fotógrafo Alessandro di Meo, ha dado lugar además a
todo tipo de especulaciones y comentarios en las redes sociales, donde
algunos usuarios han aludido a la posibilidad de que el rayo sea fruto
de algún tipo de designio divino, tras la primera renuncia de un jefe de
la Iglesia Católica ocurrida en los últimos siglos.
En
la fotografía se puede ver perfectamente cómo el rayo, que ilumina el
cielo nublado y ya oscuro de noche cerrada en Roma, cae sobre la punta
de la cúpula de la basílica vaticana, una extraña y curiosa coincidencia
que contó con el importante acierto del fotógrafo a la hora de capturar
el momento.
Muchas
son las circunstancias que han envuelto en el misterio a esta
fotografía y al fenómeno atmosférico que la protagoniza, lo que puede
contribuir a que quede incluida en los anales de un día ya histórico
para el pequeño Estado vaticano, cuyo jefe anunció ayer en latín que
dejará el cargo el próximo 28 de febrero.
Esta imagen se produjo solo horas después del anuncio hecho por
Benedicto XVI en un consistorio con cardenales en el Vaticano y de que
el propio decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, hiciera
pública la primera reacción oficial en la Iglesia católica tras conocer
la noticia .
"Ha
sido como un rayo caído a cielo abierto", dijo Sodano, el primero en
confirmar con estas palabras un anuncio que muchos no podían creer al
principio, ya no solo por lo poco común, sino también por las
dificultades de comprensión por el hecho de que fuera pronunciado por el
papa en una lengua muerta como es el latín.
Lo
cierto es que después de una mañana ayer algo nublada y con lluvias
intermitentes sobre Roma, el cielo terminó de cerrarse por la tarde,
para dar paso a una tormenta (de dimensiones que algunos calificaron
como "casi bíblicas") que, con fuerte aparato eléctrico y truenos,
arreció sobre la capital italiana y el vecino Estado del Vaticano
durante unas horas.
Fruto
de ello, la captura de Di Meo que pasará ya a la historia como una de
las imágenes más significativas y misteriosas -si no la que más- del día
en el que el papa alemán anunció su renuncia a la jefatura de la
Iglesia católica al faltarle las fuerzas.
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